miércoles, 21 de julio de 2010

Sometimes she needs to feel like a slut


A veces ella necesita sentirse como una zorra. Se pasa la mayor parte del tiempo preocupándose por cómo la ven los demás como el resto de sus compañeras, como el resto de sus contemporáneas. Ella se levanta todas las mañanas a las 5 a.m para ordenar su cuarto, repasar sus deberes, alistar su mochila, acomodarse el cabello, limarse la uñas, depilarse las cejas y escoger el atuendo perfecto. Todas las mañanas. Pero dice que eso la tiene cansada, la tiene agotada y aburrida. Está cansada de leer historias sobre divertidas aventuras y quisiera ser ella la protagonista. En su vida no pasan cosas "interesantes" ella opina, entonces se sumerge en la vida de los demás, los critica, siente lastima de ellos. Ella y sus amigas se juntan en las tardes para hablar de vidas ajenas. Critica a las demás chicas por ser fáciles, livianas, por tener amores de una noche, de una fiesta, por embriagarse, por dejarse llevar por lo que dicen los demás, claro, ella es única, es especial, por eso les dice que aunque sea una etapa tienen que comportarse porque “se ve feo” piensa, para ella las miradas lo son todo, son su mundo. Entonces simplemente espera, espera a que “nadie la vea”, a que nadie la este mirando para poder ser vulgar, ordinaria, fácil, liviana, dejarse llevar por los demás, para poder escribir su propia historia y ser la protagonista, aunque sea sobre una zorra y sus divertidas aventuras.

domingo, 4 de julio de 2010

Necesito algo más que indiferencia

Indiferencia. Veo las caras de mis compañeros, de mis amigos, de mi familia, de la gente desconocida que pasa por mi lado en la calle. Veo sus caras y veo la mía en el espejo y solo veo indiferencia. Nos metemos tanto en nuestros problemas, en nuestro pequeño mundo y olvidamos el enorme mundo que tenemos. Nos sentimos tan especiales, tan únicos, nadie nos entiende, nadie nos consuela, nadie nos quiere. Pero verdaderamente somos nosotros los causantes de esos sentimientos de soledad, hay muchas personas con potencial de amigo, amiga que nos pueden dar su comprensión y su cariño pero no queremos darnos cuenta. Alado tuyo puede haber una persona que está sufriendo mucho por dentro pero en vez de darle apoyo te burlas de esa persona, la humillas. Y eso te hace feliz, pero no es una felicidad placentera ni duradera. ¿Qué pasa con los humanos? Pareciera que cada vez somos menos humanos y simplemente animales altamente evolucionados, cada día estamos más fríos, más salvajes, la piedad se nos está acabando y sólo juzgamos, sin mirarnos al espejo y aceptar nuestros defectos. Creemos que sólo nosotros tenemos la razón y que no hay nada que nos puedan enseñar. Hablando sólo por mí misma: Necesito paciencia para lograr mis objetivos. Necesito paz en mi interior para no hacer daño a nadie. Necesito valor para vencer obstáculos. Necesito fe para seguir existiendo. Necesito alegría para sobrevivir cada día. Necesito amor para sanar estas heridas. Necesito calma en mi espíritu. Necesito muchas cosas para lograr muchas cosas. Pero lo más importante es que te necesito aquí, a mi lado, toda la vida, para siempre, te necesito en esta vida y en la siguiente.

Verdades a medias

Verdades a medias o mentiras completas? Cuál prefieren? Personalmente ninguna de las dos. Siempre he sido más apegada a la verdad pero aunque nos lo neguemos todos hemos sido o seremos víctimas y autores de verdades a medias. Es justo hoy, cuando las verdades a medias se transforman en puras mentiras y las verdades completas salen a la luz. Muchas cosas vienen a mi cabeza, malos pensamientos, intrigas, confusión. Una vez que alguien te miente o te dice una “verdad a media” la confianza tal vez nunca vuelva a ser la misma. Siento que ahora miraré a Luciano con ojos distintos ya que los ojos con lo que lo miraba antes se me cayeron ante semejante confesión. En realidad no fue en sí la confesión lo que rompió la burbuja en la que estaba metida sino que nunca me dijo mentiras solo verdades a medias y el cargo de conciencia hizo que venga y me termine de completar las verdades. Ok, acepto que las primeras horas lo juzgué, lo odie, lo maldije, pero eso no estaba bien. Me di cuenta de que yo también le había estado diciendo verdades a medias y que más mérito tiene él porque me las completo cosa que tal vez yo no nunca haga, porque prefiero que las cosas se queden así. Me prometí que ya no pensaría en Luciano, en lo que me dijo, pero cierro los ojos y sus palabras vuelven y retumban cada vez más fuerte haciéndome doler la cabeza y gritar por dentro porque no me animo a sacar mis confusiones a fuera. Luciano parecía tan fuera de este planeta, las cosas que me decía me hacían creer que semejantes aventuras las había vivido en otras galaxias, pero luego de su confesión, no es más que un simple mortal, un hombre común y silvestre como todos los demás. Antes de irse me dijo “yo nunca te mentí, que quede claro”. Técnicamente nunca lo hizo, pero tardaré un tiempo en volver a tenerle la confianza que le solía tener. Hace tiempo me prometí no ser tan confiada con las personas, pero parece que no puedo, siempre vuelvo a caer y a caer en los mismos engaños, una y otra y otra vez. Debo empezar a adquirir cierto hábito de duda, cuestionar más lo que me dicen. Tómenme por ilusa, por estúpida, por inocente, pero me da igual. Después de todo yo también soy autora de verdades a medias, en este mismo instante.