Hoy me dejo plantada una vez más, al parecer mi propio sarcasmo es mi punto más débil. Anhelaba disfrutar de un momento fugaz, entre yo y yo, tratar de encontrarme, tratar de ser alguien más.El punto de encuentro: un sueño, mi aliado favorito, me refugio en él, espero en él la respuesta a todos mis tormentos. Prefiero pretender que me conozco muy bien para no tener que hacer otra cita, pero cada día soy alguien nuevo y no entiendo qué pasa por mi mente, solo sé que extraño esos días felices, felices porque eran fáciles y fáciles porque fueron fugaces. Fugaz como la certeza que creo sentir al hablar de mi futuro, un futuro que quizás no pido, quizás no quiero. Una casa que no siento mía, no me siento cómoda. Una vida que me gustaría cambiar, una culpa, culpa que siento por estos pensamientos impuros, insanos, inútiles.
Mediocre, la única palabra que me define. Todo lo que soy: Mediocre.
Entonces así termina todo?
todo fue un malentendido malintencionado malinterpretado por él, por
ella y por los demás, pero los demás no interesan, nunca interesan excepto
cuando se interponen malentendidos malintencionados para ser malinterpretados
por personas como él, sobre todo como él porque ella no interesa tanto, nunca
interesa tanto excepto cuando se interponen sentimientos apasionados en
momentos desesperados para personas como
él, entonces ella sí importa.
Todo lo que él imaginaba para su futuro se lo imaginaba con
ella por eso en circunstancias arriesgadas como estas, personas como ella sí
interesan y personas como él desaparecen, se desvanecen cuando el peso de un malentendido
malintencionado malinterpretado es mayor que el peso del amor.
No hay norte, ni sur para personas como él cuando pierden sin explicación a personas como ella.
Extrañar, soñar, perder, atesorar, lamentar, llorar, negar,
ella conjugaba estos verbos en primera persona cada vez que lo veía marcharse,
hasta que él decidió marcharse por siempre, entonces ella creía que la música
dejaría de sonar, el sol y la luna dejarían de salir, las aguas dejarían de
correr y la lluvia dejaría de caer, eso pensaba, es más, eso aseguraba pero no
resultó así.
Se resignaba a llorar por
siempre la pérdida de su amado, por siempre, por siempre, pero no pudo así que
no lo hizo. Le reconfortaba la idea de que por lo menos se acordaría por
siempre del rostro de su amado, su rostro, por siempre pero ahora no se acuerda
ni de la forma de su nariz, ni del color de sus ojos.
Ella pensaba que los
relojes dejarían de dar la hora y los calendarios dejarían de marcar las fechas
y no fue así. Que el mundo se terminaría, el mundo entero no existiría, ella no
existiría pero las mariposas siguen volando y migrando, la gente continúa su
vida, incluso ella sigue con su vida. Se resignaba a llorar la pérdida de su
amado por siempre, por siempre, por siempre.
Quería recordar cada rasgo facial,
corporal, cada recuerdo agradable y desagradable pero ahora apenas recuerda el
color de su cabello. Porque sigue habiendo día y sigue habiendo noche, porque la lluvia sigue cayendo, el agua sigue
corriendo, las calles están aun más transitadas, la gente continua su vida,
continua la vida. Extrañar, soñar, perder, atesorar, encontrar, enfrentar, ella
conjuga estos verbos en primera persona por siempre, por siempre.
No podemos evitar el querer compartir ciertos pensamientos y emociones, fragmentos de nuestro interior, aunque a veces lo negamos muy en el fondo todos los deseamos, estaba escuchando la canción Don't you want to share the guilt de Kate Nash y la parte final es una confesión bastante personal, no sé si de la misma Kate o de algún personaje de su imaginario pero me siento identificada con ciertas frases, es por eso que decidí traducir sólo la parte final de la canción.
No sé como es que no todas las personas tienen problemas de salud mental, pensar es una de las cosas más estresantes por las que he tenido que pasar y no poder articular aquello que quiero decir me enloquece.
Creo que debería tratar de leer más libros y así aprender nuevas palabras, mi hermana solía leer el diccionario, tal vez deba comenzar con eso.
Me encantaría viajar, deseo visitar la India, ver las pirámides, una ballena y esa carrera con todas esas bicicletas en Francia.
No confío en los ríos, me aterran, pero me encanta nadar, soy buena en eso. Cuando nado pienso en número, cuento vueltas.
Cuando era más pequeña vi cómo se incendiaba una casa y los siguientes seis años pasé enfrente de ella todos los días.
Abandonada, negra, calcárea y peligrosa…me pregunto si los ocupantes ilegales aún viven allí. Todavía no estoy segura pero sé que no se hicieron fiestas, todo allí estaba hecho pedazos.
Luego de un tiempo el concejo decidió hacer de la ciudad un lugar menos ofensivo... Arreglos por aquí por allá. Dicen que se podía sentir un dolor agradable en medio de tanto desastre, entonces se deshicieron de todo y detrás de la casa habían partes de horribles grafitis y la palabra “puta” escrita con letras enormes, caminé en frente de ello sin importancia.
Me gusta sentarme en el parque y me gusta caminar por él.
Me gusta llevar a mis perros y a mis amigos ahí y también me gusta estar sola.
Me gustan las flores y la simplicidad.
Me gusta la compasión y los regalos bien pensados.
Me gusta ser capaz de gritar pero me gustaría estar callada, sin embargo cuando estoy callada la gente piensa que estoy triste y usualmente es así.
A veces cuando estoy en una estación de tren muy transitada, algún lugar grande con trenes ruidosos, suelo dejar en el piso mis maletas y gritar porque tengo algo que decir.