Extrañar, soñar, perder, atesorar, lamentar, llorar, negar,
ella conjugaba estos verbos en primera persona cada vez que lo veía marcharse,
hasta que él decidió marcharse por siempre, entonces ella creía que la música
dejaría de sonar, el sol y la luna dejarían de salir, las aguas dejarían de
correr y la lluvia dejaría de caer, eso pensaba, es más, eso aseguraba pero no
resultó así.
Se resignaba a llorar por
siempre la pérdida de su amado, por siempre, por siempre, pero no pudo así que
no lo hizo. Le reconfortaba la idea de que por lo menos se acordaría por
siempre del rostro de su amado, su rostro, por siempre pero ahora no se acuerda
ni de la forma de su nariz, ni del color de sus ojos.
Ella pensaba que los
relojes dejarían de dar la hora y los calendarios dejarían de marcar las fechas
y no fue así. Que el mundo se terminaría, el mundo entero no existiría, ella no
existiría pero las mariposas siguen volando y migrando, la gente continúa su
vida, incluso ella sigue con su vida. Se resignaba a llorar la pérdida de su
amado por siempre, por siempre, por siempre.
Quería recordar cada rasgo facial,
corporal, cada recuerdo agradable y desagradable pero ahora apenas recuerda el
color de su cabello. Porque sigue habiendo día y sigue habiendo noche, porque la lluvia sigue cayendo, el agua sigue
corriendo, las calles están aun más transitadas, la gente continua su vida,
continua la vida. Extrañar, soñar, perder, atesorar, encontrar, enfrentar, ella
conjuga estos verbos en primera persona por siempre, por siempre.
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